lunes, 20 de noviembre de 2017

Trauma

El recuerdo de mi padre insultando a mi madre y, a veces, golpeándola me ha perseguido toda mi vida. Las súplicas de ella rogándole que parara atronan todavía mi mente. Hoy, frente a la que es mi mujer aquellas imágenes han vuelto a cobrar vida en mi cerebro.
Hace un momento hemos comenzado una desagradable discusión, he cogido una estatuilla de bronce del comedor y con ella he golpeado fuertemente su cabeza. Su cráneo se ha partido en dos y ha caído al suelo en medio de un charco de sangre. Creo que está muerta.
Ahora, en el balcón, pienso en esa escena y en mi madre. Voy a saltar.

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