lunes, 27 de noviembre de 2017

Pantalla

Abrigo mi garganta en esta noche muda. Inspiro, mientras camino descalza y sola.
Ando ligera por la ruta menos oscura sosteniendo los zapatos nuevos. A ritmo de trote llego a la parada de siempre. Inspecciono el lugar, hoy solitario, y tomo siento. Reviso la pantalla del teléfono hecha añicos. Lleva rota desde aquel día en que se me escurrió. Fue la noche en la que dos jóvenes me soltaron burradas. Algo les grité. Llegaron hasta el alto de esta misma parada. Aproveché aquella pausa para camuflarme entre ojos testigos. Entre miradas tan curiosas como pasivas. Luego ellos despacharon sus ansias de acoso hacia otro lugar.
Llega el bus. Subo presurosa. Expiro, mientras rumio temores que tenemos que señalar.

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