domingo, 26 de noviembre de 2017

La palabra salió de su corazón como un soplido. Súbita y valiente, atravesó su pecho y subió serpenteando por su garganta con la fuerza de un río bravo. Acarició la campanilla como queriendo hacerla sonar, como anticipando la llegada de un anuncio importante. Resbaló después por la lengua, temblorosa de nervio y furia, y empujó los labios con fuerza obligándolos a separarse el uno del otro, forzándolos a formar un perfecto círculo, abierto y definido. Aquel "no" sonó más intrépido, más bello que ninguno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario