lunes, 20 de noviembre de 2017

No me llames Dolores, llámame Lola

Dolores olvidó lo aprendido durante dos generaciones "a la mujer y a la burra cada día una zurra", comprobó que era incierto el dicho que siempre había escuchado "a la mujer en la casa nada le pasa", que toda su vida había estado completa y no necesitaba de un marido para sentirse mujer "a la mujer el hombre la hace". Dolores sintió que el amor se vive todo el año y no se encarcela "febrero  y las mujeres entre cuatro paredes" y tras siete décadas viviendo la misma cantinela cambió el compás de su vida empezando de nuevo a soñar…"al final lo que importa no son los años, sino la vida en ellos" Ahora Lola es la mujer libre que nació.

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