miércoles, 22 de noviembre de 2017

Ni una más

Hace unos años mi marido me agredía, era alcohólico, tenía que soportar sus borracheras y sus insultos, si no lo hacía, me pegaba más fuerte. Me llenaba el cuerpo de moratones y me dejaba la moral por los suelos día tras día. Intentaba cubrírmelos para no llamar la atención. Me levantaba desganada, sin ninguna motivación. Mis padres no sabían nada, ni mis amigas, no se lo había dicho a nadie por miedo a las consecuencias. Con el paso del tiempo empeoraba y me despertaba con el sueño de morirme.
Un día, me enteré de que mis vecinos habían denunciado la situación a la policía, pero ya era tarde. Los sueños se acaban cumpliendo.

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