jueves, 16 de noviembre de 2017

Magia

Tenía magia entre los dedos, sabía caminar descalza, meterse en zapatos ajenos, su sensual cuerpo lanzaba cálida luz alrededor suavizando los rencores que se pegaban al costado de la gente; definitivamente era mágica. Pero llegó él cargado de envidia. Primero la sedujo con su sonrisa, después derramó afectos sobre su piel, por último pretendió que fuera una más de sus posesiones. Enseguida comprendió que debía cortarle las alas para amarrarla. No la dejó ir, alzó el puñal al cielo y lo clavó sobre el indefenso corazón.
La magia sobre los dedos se esfumó para siempre.

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