lunes, 20 de noviembre de 2017

Le dije no

Le dije que no, pero Rubén siguió. 
Estaba rígida, el miedo me bloqueó y no opuse resistencia, esa es la verdad. He oído tantas historias de chicas que se resisten y acaban peor, que pensé que lo mejor era dejar caer mis brazos. Rubén era mi novio y me debía tratar bien. Aquella noche bebió demasiado. Mi madre me contó que los hombres, cuando beben, no saben parar. Mientras Rubén me desabrochaba el pantalón, yo me acordaba de papá. Él nunca habría hecho algo así. Rubén me empujó contra la pared y comencé a llorar. Deseaba que mi padre estuviera conmigo y me pudiera proteger. Cuando Rubén terminó, no me quedaban lágrimas y entonces supe lo que era querer morir.

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