lunes, 20 de noviembre de 2017

Hijas, no princesas

Poco antes de que los domingos fueran amargos, comentaba siempre mi madre que sus hijas eran un regalo. Pero mi padre, pensaba continuamente que sus pequeñas princesas no cambiarían de "alas". No queríamos que siguiera tratándonos como altezas, sino como hijas con sus derechos y deberes. Por eso, todos los domingos, era una verborrea agresiva entre ambos sobre este trato infantil . Al final, mi madre comentó que el resto de la semana, cuando no estuviera él, tendría solamente unas mujeres felices

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