jueves, 16 de noviembre de 2017

Espejo

Posa otra vez su mirada y no se reconoce.

—¡Despierta!

Ojos resplandecientes de otro tiempo, ahora neblina en lluvia, y las mejillas con huellas de batallas.

—¡Piensa!

Once años de calvario en matrimonio, hereje frente al inquisidor. «Nada de maquillaje desde ahora», incendió así todo el amor en el minuto uno.

—¡Decide!

Con la primera prohibición llegaron otras. «¿Trabajar, estudiar?, ni lo sueñes». Luego algo peor: caricias de puños, sangre en besos como respuesta a sus apremios amorosos.

—¿Qué harás?

Carmín, libros, esperanzas, todo a la maleta. Con brillo y bravura en la mirada sale de casa para siempre, mientras escucha la voz en júbilo de su renaciente imagen:

—¡Has vuelto a ser tú misma!


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