¿Te ha dado un ataque de limpieza?
¿Has ido a trabajar o has hecho acto de presencia?
¿Qué hay hoy de cena?
¿No queda pan?
Un rumor de sorda irritación le crece por dentro, día tras día se siente un poco peor. Llega un momento en que llega a aborrecer su silueta de perfil mirando el televisor desde el sofá.
Y sin embargo no hay gritos, ni moratones ni insultos, ni desprecios ni humillaciones
¿Por qué entonces se siente tan irritada y tan mal?
Un día decide explicárselo, pone todas sus ganas en la conversación.Él no lo entiende.
Qué cosa más absurda- replica- ¿Acaso no acude él todos los días a trabajar?
Y ella mal, cada día peor.
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