jueves, 16 de noviembre de 2017

Deterioro

Ambos gritaban.

Sentía ganas de agarrarla de los pelos y estamparla contra la pared.

Frenó cuando ya caminaba hacia ella con los puños apretados. Ella seguía insultándolo.

Salió dando un portazo.

Después la llamó al móvil. Ella cogió y colgó.

Enseguida llamó de nuevo. Ella no respondía. Probó varias veces.

O pedía perdón o la cosa acababa.

Pero no quería dejarlo así. Se había quedado con muchas cosas que decir.

Había querido desahogar su furia hasta las últimas consecuencias.

Entró en un bar y pidió una cerveza. Un recuerdo fugaz acudió a su conciencia. Eran ellos dos, al principio, paseando cogidos de la mano, muy enamorados. Decidió no volver nunca a casa. Sería un favor para los dos.

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