lunes, 27 de noviembre de 2017

De raíz

Mis padres comentaron:
 
- ¿Te has enterado de lo de Cati?

- ¿La hija de María?

- Si, hoy es el entierro.

Al oír "entierro", mis ojos se agrandaron como platos. ¿Qué era eso?

Aquella tarde, me dejaron con mi abuela y se fueron a un asunto de mayores, como hacían siempre que no debía enterarme de algo.

- ¿Abuela, qué le ha pasado a Cati?

- Ya lo sabrás algún día, todavía eres muy pequeña.

Aún recuerdo esas palabras. Cuando somos pequeños, no nos informan de nada, luego, es demasiado tarde. La desigualdad comienza en la infancia, con los eternos patrones de siempre:

- Los hombres son fuertes, dueños y señores, las mujeres son dulces, sensibles y sumisas.

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