lunes, 20 de noviembre de 2017

Carta de renuncia

Juan,
No es que nuestros caracteres no congenien. No es que el trabajo me absorba mucho tiempo. No me cae mal tu madre. Ni siquiera me molesta demasiado que tus salidas nocturnas entorpezcan mis sueños. No, no es nada de eso. Es que me pegas. Me pegas porque no puedes controlarte. Porque hay algo en ti que tienes que sanar, que hace mucho daño. Pero no voy a ser tu diana. ¿Te imaginas que todos fuésemos por el mundo rompiendo espejos?
Ojalá te cures. Para que nunca nadie pueda ser un blanco en el que tirar tus dardos. Para que un día descubras, de verdad, qué es el verdadero amor.
Hasta nunca.
L.

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