lunes, 27 de noviembre de 2017

Ana y anA

En esa casa no vive Ana. Vive una mujer exactamente igual que ella. La vida de cada una empieza donde termina el sueño de la otra y viceversa. Aunque comparten los mismos recuerdos, sólo una es real. Cuando cada día se cruzan en esas ventanas que hay en el baño y el vestíbulo del portal, ni ellas mismas saben quién es Ana y quién es sólo su reflejo. Únicamente cuando siente en su piel el impacto de la mano de él, Ana sabe que es a ella a quien están golpeando. Salta entonces al otro lado del cristal y deja de ser ella. Ana no entiende por qué la mujer que contempla la escena, mira sin hacer nada.

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