lunes, 27 de noviembre de 2017

A Teresa Betancourt, in memoriam

– Al principio él no era así, señorita policía. Me pegaba sólo cuando tomaba, pero también era muy devoto de mí. Y era un buen papá de sus hijos y un buen esposo. Nosotros somos de Quito, y nos vinimos hambreando aquí. Nosotros y nuestros cuatro hijos, Carlos Alberto, Lucinda, María y Nelson. Y todo iba bien, siempre que no platicara con hombres. Me quería tanto que se carcomía de celos... Él siempre ha sido muy caballeroso, y con eso me hizo tropezar en el amor. Me hacía sentirme especial, única. Es el hombre de mi vida y nunca me separaré de él. Pese a lo que ha hecho, no lo denunciaré, lo sigo queriendo. Él cambiará. Lo sé, señorita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario