miércoles, 23 de noviembre de 2016

No vale la pena

-¿Qué pasa? ¿Nunca discutís?.
-A veces, claro. Pero esta vez se nos fue de las manos, gritamos y los dos dijimos cosas... un poco fuertes.
-En mi casa eso es el pan de cada día.
-¿Todos los días?
-Chorradas de mujer, que si eso o aquello. Bah, si le haces caso malo.
-Hombre no sé...
-Porque eres un blando, hay que imponerse. Unas hostias en la mesa y la palma abierta verás como acaba la tontería.
-Eso es muy fuerte.
-Si no te rompe la cabeza, un poquito de miedo está bien.
Me levanté de la mesa.
-¿A dónde vas?
-A casa, a pedir perdón y estar con la persona que quiero. Ah, y no me llames nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario