viernes, 25 de noviembre de 2016

La otra

- ¡Amor! ¿De dónde vienes? Hueles a perfume barato.

- No me controles mujer. No me mires así. ¡No tienes derecho!

Con esa infidelidad comenzó la triste historia de aquella joven, que por el día soñaba y por la noche lloraba.
Nadia nunca dijo nada, pues aquel hombre la quería, la quería sólo para él; al que no podía denunciar, pues el amor se convirtió en miedo.
Un cierto día azotó el golpe más fuerte, y con aquella mano llegó el final del llanto. Dos huérfanos más y un hombre que llegó tarde a la cárcel.

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