lunes, 23 de noviembre de 2015

Ya sabes cuánto me preocupo por tí

Salió del instituto con sus amigas. Él ya esperaba fuera. Lo vio, se despidió y corrió a su encuentro. Fueron juntos dos manzanas hasta que se desviaban sus caminos. Llámame al llegar a casa, le dijo. Claro, como siempre —contestó ella sonriente. Minutos después sonó el móvil. Era él. —No me llamaste y te dejé varios mensajes. Riendo, le contestó que estaba ayudando a su madre con la comida. —Bueeeeno… ya sabes cuánto me preocupo, no lo vuelvas a hacer. Cuando nos casemos cocinarás para mí ¿verdad? —Lo estoy deseando; tenerte la comida preparada cuando llegues de trabajar. —Hoy ya no salgas ¿vale? —Tranquilo, no saldré. Se despidió emocionada por sus atenciones. Soñando con ese futuro juntos. Con esa vida.

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