miércoles, 25 de noviembre de 2015

Se acabó

¡Basta ya! Mi cabeza grita desesperada. No quiere seguir así. Llevaba tiempo susurrándome que me fuera.

Pero hoy, el vaso se ha derramado, me ha levantado mano. No le era suficiente con humillarme, no. Hoy se ha escrito el punto y final en nuestra relación. Tenía que haberme ido mucho antes, no debí aguantar tanto con él.

Cuando cruzo la puerta de casa por última vez, una mezcla de sentimientos recorre mi interior. Miedo por lo que me deparará ahora la vida y una sensación de alivio por poder salir de ese sitio al que llamaba hogar.

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