martes, 24 de noviembre de 2015

Puzzle completo

Durante ese tiempo dejé de soñar, aferrada a quimeras imposibles y esperanzas sin retorno que me conducían insistentemente hacia el mismo punto. Nada encajaba. Me preguntaba: ¿qué voy a hacer sin él?. Tenía miedo a estar sola, a ser incapaz de recomponer el puzle.
Faltaba una pieza.

Por aquel entonces Alberto tenía siete años. La situación se repetía una tras otra a través de gritos y peleas. Siempre le decía: no te preocupes cariño, papá me ha dicho que va a cambiar. Y no lo hacía. Después venían las flores y, otra vez, su mano por detrás.
 
Sin embargo, algo ha cambiado. Hoy ya no tengo miedo. Soy una mujer entera, completa, sin su mitad. Soy feliz. Encontré la pieza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario