jueves, 26 de noviembre de 2015

PAPÁ

Dice mamá, que papá antes era alegre y divertido. Desde que yo nací no; él quería un niño y la tomó con nosotras, y cada dos por tres, cuando viene borracho, se lía a golpes y nos deja rosas violetas en las mejillas y no sabemos qué hacer. La abuela comenta, que lo mejor es que llamemos al 016. A mamá, que le duele el alma, no por los golpes que ella recibe, sino por los que recibo yo, la vida le ha cambiado: se pasa el día llorando y abrazándome, en esa espera larga de que papá cambie. Aunque yo creo que no, por eso, si ella no llama, lo haré en cuanto me levante.

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