miércoles, 25 de noviembre de 2015

No renacer

Una mano vil y cobarde golpea el rostro de una mujer, una vez más.
Un ejército de lágrimas mana de sus ojos enrojecidos, contando una historia de sufrimiento que ella no se atreve a contar.

Ahora esos ojos enrojecidos miran con infinita tristeza por la ventana. Un sol al rojo vivo se derrite sobre el lejano horizonte mientras la pálida luna ya está calentando para salir a jugar en el cielo. La mujer cierra los ojos deseando, una vez más, poder derretirse como el sol y no renacer jamás.

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