lunes, 23 de noviembre de 2015

Nadie sospechó

En las tiendas se limitaba a comprar sin relacionarse con nadie, pero las dependientas no notaron nada extraño. En el hospital le curaron dos veces las heridas causadas por accidentes domésticos, pero los médicos no apreciaron nada anormal.

En el bloque de pisos se oían gritos y lamentos, pero los vecinos creyeron que eran simples discusiones domésticas. Durante la entrevista de trabajo demostró buena preparación, pero también baja autoestima, por ello el empresario no le brindó una oportunidad.

En el colegio su hijo estaba triste, desmotivado y no jugaba con los compañeros, pero la maestra no indagó en las causas. Si alguien hubiera intuido su sufrimiento, quizá le habría ofrecido ayuda y la mujer aún estaría viva.

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