lunes, 23 de noviembre de 2015

Maltrato

Aquel "cállate", imperativamente despectivo, denigrante, exclamado con agresivo desprecio, se clavó en ella como un lacerante filo que la desgarraba. No era la primera vez que sufría expresiones parecidas, esos látigos verbales que buscaban doblegarla como mero objeto de silencio y obediencia. Y, a menudo, las palabras no venían solas. Lloraba habitualmente leyendo su cuerpo marcado con la tosca caligrafía del maltrato. Sin embargo, ese sería el último capítulo de un relato de violencia de género en su vida. A partir de ahora tomaría la determinación de no dejar que su existencia estuviese abocada a un destino semejante. No sabía que le depararía el futuro, pero estaba segura que en él no tendría cabida otro desdén contra su dignidad.

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