lunes, 23 de noviembre de 2015

Libres

Ya no le quedaba luz en su mirada, lagrimas heladas caían por su piel, se sentía sola, débil, vulnerable y frágil. ¿Por qué lo pagáis con ellas? ¿Por qué este sistema sexista? Si son ellas quienes nos dan la vida y darían la suya por nosotros. Ella supo echarle ovarios y tirar para adelante, nada ni nadie podrá acabar con ella, ni con las millones de mujeres que se merecen todo el respeto y la igualdad por parte de todas las personas que habitan este mundo. Ahora lágrimas de vida recorren su rostro, ahora ella es libre como el viento, ahora ella es libre. Como siempre ella y todas las mujeres, lo deberían haber sido, serlo y seguir siendo.

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