lunes, 23 de noviembre de 2015

La melodía tras la pared

Durante la noche, un dulce canto se despierta en mi cabeza. Trata de acallar su propia voz, la que gime entrecortada al otro lado de la habitación. Tapo mis oídos con fuerza y susurro la melodía que ella me enseñó para que el miedo no pueda atravesar mi piel, mientras el color morado tiñe la suya. Percibo cómo, tras las paredes, se derrama la sangre que me dio la vida ante unos ojos que perdieron la mirada.

La inquietud de volver a sentir su amor me ahoga hasta que abre la puerta, me abraza y entona temblorosa esa melodía de tragar rabia que no quiero escuchar nunca más.

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