martes, 24 de noviembre de 2015

Despierta

Llevo días, años esperando a que despiertes. ¿De verdad hacía falta llegar a esto para que te dieses cuenta? Todos los vecinos oíamos tus gritos, pero yo era el único que se atrevía a interferir. Con los ojos hinchados y su mano en el hombro me abrías la puerta y fingías que no pasaba nada, que "todo va bien, gracias". En efecto, sus palabras bastaban para que le perdonases… y ahora son unos cables los que sostienen tu vida.
 
Finalmente abres los ojos, me ves a tu lado y comprendes.
 
- ¿He muerto, verdad?

- Sí… también a ti te mató.
 
Guardamos silencio.
 
- Está en la cárcel. – anuncio, y por primera vez te veo sonreír.

- Bien.

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