miércoles, 25 de noviembre de 2015

Despertar

Reviví otra noche más los insultos, los golpes y el frustrante pensamiento de creerme inferior a él por no poder dejar de quererle; mis lamentos, mis llantos parecían entonces tan reales como antaño, cuando todavía vivía atemorizada.
Los sueños son mi recordatorio de aquello que ya pasó, y como una herida que no cicatriza del todo, aún duelen cuando aparecen.
Sin embargo, pese a volver a arrepentirme de todos aquellos años desperdiciados con alguien que sólo sabía apreciarme cuando me intentaba alejar de él, me levanté otra vez dispuesta a seguir con mi nueva vida, la que había conseguido encontrándome a mi misma con la ayuda de aquellos que de verdad me querían. Lograría hacer desaparecer herida y cicatriz.

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