Johnny Farrell, encargado del casino, y Gilda Mundson estaban sentados a una mesa del local, como era habitual. La conversación fue subiendo de tono. Él la acusó de serle infiel y empezó a gritarle. Gilda se levantó y trató de huir, como era habitual. Johnny la agarró del brazo y la abofeteó. Furioso, la arrastró violentamente hasta la salida, como era habitual. Los empleados y clientes no dijeron nada. Miraron para otro lado. Como era habitual.
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