- ¿Le vas a denunciar?
- No.
- Pero mírate, si apenas puedes sostenerte en pie.
- Era culpa mía. Me lo gané.
- Pues yo no pienso callarme.-cogió el teléfono y marcó el número que ambas sabían.
Al cabo de unos minutos, una palabra se formó en sus labios al tiempo que comenzaba a llorar.
- Gracias.
- No.
- Pero mírate, si apenas puedes sostenerte en pie.
- Era culpa mía. Me lo gané.
- Pues yo no pienso callarme.-cogió el teléfono y marcó el número que ambas sabían.
Al cabo de unos minutos, una palabra se formó en sus labios al tiempo que comenzaba a llorar.
- Gracias.
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