lunes, 10 de noviembre de 2014

El amor no es dolor, pide ayuda antes de que sea tarde

Entre muñecas y algodones, rosas rojas. Se enamoró con el trinar de los pájaros, placer en noches extenuantes.
Mas se ocultó el ruiseñor, murieron las flores y de los árboles caían, suavemente, hojas secas. Murió el amor  a través de golpes sin piedad, un profundo llanto mudo ahogaba su dolor.
¿Orgullo, miedo o esperanza? Su cuerpo, resquebrajado por ira enfermiza, encontró la muerte sobre una sábana de lino. Tímidamente se ocultaron  bajo una lápida sepulcral, ella, su agonía y el olvido eterno.
Lloraba el cielo.

A él no pareció importarle. Cuando la sacaron de casa, camino del cementerio, sonreía. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario